ST. GEORGE — En tiempo de estrés, los psicólogos y las organizaciones de servicio comunitario dicen que quienes ya necesian apoyo físico y psicológico tienden a sufrir más.
Esto es especialmente cierto ahora cuando los recursos están al límite, dijo Mark Ivie, voluntario en St. George Soup Kitchen, una división del Centro de Recursos Comunitarios de Switchpoint.
Entre los grupos religiosos y de servicio que preparan y sirven comida en el comedor se encuentran los Knights of Columbus, miembros de las iglesias Methodist y LDS, Dixie Elks Lodge y voluntarios ocasionales.
“Me encuentro junto a personas de diferentes religiones, y todo lo que queremos hacer es preparar comida e intentar ayudar a otros”, dijo Ivie. “Todos disfrutamos mucho al servir juntos a nuestra comunidad”.
Ivie se mudó a St. George desde Pittsburgh hace tres años para retirarse. Después de ser voluntario en un banco de alimentos en Pennsylvania, dijo que era una extensión natural ser voluntario en un comedor de beneficencia en Southern Utah.
“Traté de ser voluntario en varios sitios, pero la cocina de beneficencia tocó mis fibras sensibles”, dijo.
En cualquier momento hay 25 equipos de voluntarios en el comedor de beneficencia que consisten de ocho a 10 personas que dedican su tiempo una vez al mes, y a veces cada semana, para servir a los necesitados.
A diferencia de otros servicios comunitarios, el comedor de beneficencia no tiene requisitos previos para obtener ayuda. Si cree que necesita una comida, Ivie dijo, preséntese a almorzar ente las 11:45 a.m. hasta la 1 p.m. de Lunes a Viernes en la Grace Episcopal Church, 1072 East y 900 South, dé su primer nombre y una edad y será alimentado.
“Por lo general hay reglas y regulaciones que a veces implican hacer pruebas de drogas”, dijo. “En el comedor de beneficencia no se juzga. Nuestro propósito es preparar una comida y que usted venga y se la lleve”.
Antes de la pandemia del COVID-19, Ivie estimó que aproximadamente la mitad de las personas que visitaban el comedor de beneficencia no solo venían por la comida sino por el aspecto social de visitar a otros en la cafeteria.
Ivie dijo que más de un 20% de las personas que piden por una comida son personas sin hogar.
“Hay algunas personas que vienen cuando ya hemos cerrado, y puedes darte cuenta de que está es su única oportunidad de comer en el día”, dijo. “Entraremos y encontraremos algo para que coman aunque toda la comida caliente se haya agotado”.
Entre 50 y 100 personas o más buscan una comida en el comedor de beneficencia cada día. Debido a los protocolos actuales de distanciamiento social, en estos días las comidas se entregan para llevar.
Una comida típica es un plato principal “abundante”, dijo Ivie, que incluye un almidón, una proteína y, a menudo, queso, vegetales, ensalada, fruta y pan como tostada de ajo. Ivie dijo que el platillo más popular es pastel de carne que se sirve dos veces al mes.
El comedor de abastece a través del Almacén del Obispo de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días, el Utah Food Bank y el camión de alimentos de rescate del Utah Food Bank, que recolecta y entrega alimentos diariamente de los supermercados locales.
“Personas también entran desde la calle y donan alimentos”, dijo Ivie.
Aunque hay algunos días que la cocina se queda sin verduras y frutas, en su mayor parte están bien abastecidas, dijo Ivie, pero las donaciones son apreciadas.
Junto con el comedor de beneficencia, dos veces al mes en el segundo y último Viernes de mes Grace Episcopal Church distribuye cajas de alimentos del Utah Food Bank durante el mismo horario que el comedor de beneficencia.
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