ST. GEORGE – Aproximadamente 1.400 mujeres, hombres y niños marcharon por el centro de St. George el Sábado por la tarde como parte de una marcha hermana organizada a la “Women’s March on Washington” que se celebró en el Distrito de Columbia.
La marcha, que vio centenares de marchas hermanas en los Estados Unidos y a través del mundo, fue ostensiblemente organizada para protestar en nombre de los derechos de las mujeres en el primer día completo de la presidencia de Donald Trump.
“Alrededor del mundo, levantaban carteles con consignas tales como ‘Las mujeres no retroceden’ y ‘Menos temor más amor’. Ellos criticaron la postura de Trump en temas como el aborto, la atención a la salud, diversidad y el cambio climático”, dijo un informe de Associated Press.
Además de St. George, en Utah, las marchas se llevaron a cabo en ciudades como Kanab, Ogden, Cedar City y Park City.
La marcha de St. George fue organizada por Eva Livingston que deicidio organizar una marcha hermana unos días antes del Sábado. Livingston puso el evento en Facebook y esperaba que alrededor de 20 de sus amigos más cercanos se unieran a ella, dijo. Pero el evento salió mucho más allá de las expectativas.
Contingencias de todos los rincones del Condado de Washington, tan lejos como Springdale y Rockville, vinieron a apoyar la marcha histórica, mientras que otros se unieron desde fuera del condado y del estado, proveniente de Mesquite, Nevada, e incluso San Diego, California.
Cuando la gente se reunió en las oficinas de la ciudad de St. George antes del comienzo de la marcha, una estimación conservadora puso a la multitud en alrededor de 200 a 300 personas. Pero, a medida que avanzaba la marcha, quedó claro que la multitud había aumentado. Varias personas se colocaron en las esquinas y contaron los números a medida que pasaban. Por mejor cuenta, había 1.475 participantes.
“Quiero agradecer a todos por haber asistido hoy”, dijo Livingston.
A través del país y a través del mundo, la historia era similar con grandes multitudes llegando para prestar su apoyo a la causa.
“Solo la manifestación en Washington atrajo más de 500.000 personas por la estimación no oficial por los oficiales de la ciudad”, dijo el reporte de Associated Press.
Si bien se podría decir que la protesta fue alimentada en gran parte por el temor a la agenda política de Trump, especialmente en las mujeres y grupos minoritarios como la comunidad LGBT, la protesta en St. George fue una muestra pacífica que la mayoría de los participantes dijeron solidaridad y esperanza más que división.
Dallas Henry, un coordinadora de la clínica para Planned Parenthood en St. George, dijo que estaba marchando para dejar saber a la comunidad que sus puertas permanecerían abiertas no importa qué.
“Estamos aquí por nuestra comunidad”, dijo Henry, “y vamos a marchar juntas en solidaridad con nuestras hermanas en Washington”.
Henry dijo que cree que Trump merece la oportunidad de hacer lo correcto.
“Nosotras, como mujeres, estamos unidas juntas y le damos esa oportunidad”, dijo Henry, “y vamos a hacerle rendir cuentas no importa qué”.
Aunque habían varios carteles y señales anti-Trump en la marcha, muchos de los manifestantes hicieron eco de los sentimientos de Henry en dar a Trump el beneficio de la duda y concentrando sus esfuerzos en ser voces positivas para las mujeres y otras causas importantes.
“Acepto a Trump como presidente”, dijo Sara Dupre. “Solo quiero que reconozca que queremos proteger nuestros derechos, nuestro futuro…”
Dupre dijo que estaba marchando por innumerables razones, incluyendo los derechos de las mujeres y el medio ambiente.
Joe Lambert, miembro retirado de U.S. Army, estaba en contra del popular hashtag #notmypresident (no mi presidente) que muchos han tomado a raíz de la elección e inauguración de Trump.
“Él es mi presidente”, dijo Lambert. “Voy a darle una oportunidad”.
Lambert dijo que estaba participando en la marcha de las mujeres en nombre de su esposa y todas las damas y dijo que cree que los derechos de las mujeres deberían ser un foco.
Lambert añadió que escogió servir al país y defender la constitución que permite la protesta pacífica.
Más que una protesta, la marcha fue vista como una celebración de la mujer y la oportunidad de que los asistente hicieran oír sus voces, dijo Livingston.
“(Estoy aquí) porque nuestras voces importan”, dijo Livingston, “Porque nunca pensé que mi voz importó antes de esta elección. Ahora creo que mi voz es importante”.
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